sábado, 15 de agosto de 2009

La primera guia de Caminos



Y el camino descrito por Villuga de Valencia a Santiago


En el siglo XVI aparecieron los primeros Repertorios de Caminos. La primera publicación en Europa y en lengua moderna es la del Valenciano Pedro Juan Villuga, que tiene lugar en Medina del Campo, en 1546. Su título completo es:

Reportorio de todos los caminos de España hasta agora nunca visto en el qual allaran qualquier viaje que quieran andar muy provechoso para todos los caminantes. Compuesto por Pero Juan Villuga valenciano. Año de MDXLVI. Con privilegio Imperial.

Treinta años después, en 1576, Alonso de Meneses publica un nuevo Repertorio de Caminos que, realmente, aporta pocas novedades a los propuestos por Villuga.

La intención con la que Villuga publica su obra es la de que sirva como obra práctica de consulta y que los viajeros llevarían encima; sus dimensiones de 14 x 10 cm. le otorgan esta característica de libro de bolsillo.

La forma en la que aparece descrito cada itinerario es la siguiente: se enuncia primeramente el título del camino expresando el número de leguas que median entre la cabecera y el final, después sigue la relación de los lugares y las ventas por las que el camino transcurre, para mencionar -tras el nombre de cada estación- el número de leguas o medias leguas, que la separa de la precedente. Los números son romanos, adoptando indistintamente la grafía de “i” o de “j” para expresar la unidad, siendo la unidad mínima de distancia la media legua, a veces representada por la letra “m”.

El camino francés de este repertorio de caminos , se comprobo que coincidia exactamente con las poblaciones actuales de su recorrido.

Pero el camino numero 67 Villuga lo enumera como “ Valencia Santiago” y su itinerario indicado es :

Ay de Valencia a santiago clxxxviij.

a quart j.

a chiua iiij.

a sietaguas [ii]ij.

a requena iij.

a hutiel ij.

alcaudete j.

ala venta nueua ij.

a pajaço j.

ala pexquera ij.

al campillo iij.

almodouar ij.

al villar de saz vj.

arcuaz j.

a cuenca ij.

a noales ,‘,

media.

a chilaron media.

a n[u]eua j.

ala venta de cacidon m.

el villar domĩgo garcia. j.

a torralua ij.

a pliego iij.

a vindel iij.

ala puēte carrascosa ij.

ma çotoca media.

a cifuentes ij.

a las yuiernes ij.

a mandayona ij.

a vaydes j.

a guermedes ij.

atiença iiij.

al pedroso j.

a miedes j.

a retortillo j.

alfrecio iij.

a ylles j.

a santisteuan ij.

a huerta del rey vj.

a sancto domingo iij.

a cauarinos iij.

ala venta ďlos olmos. iiij.

a burgos iij.

a tardajos ij.

a rabe j.a hornillos j.

a hontanas j.

a castroxeriz j.

a la puente ij.

a fromesta ij.

a villa martin ij.

a carrion ij.

a alçadilla ij.

alas tiendas j.

aledinos guos j.

a moratinos ij.m.

a sant nicolas media.

a sahagun j.

a breciano ij.

al burgo j.

a reliejos j.

a mansilla j.

a villarente j.

a Leon iii.

a trabajo media.

a nra señora ďl camino, m.

a valuerde i.

a.s.miguel del camino j.

a villa dancos j.

a la puente dorbigo ii.

a la calcada i.

a santa Justa i.

a estorga i.

a palacios ď valduerno. ij.

al espital del ganso iii.

al rauanar i.

a fuenceuadon i.

aleuanta i.y media.

al azebo i.

y mediaa riego i.

a molina seca ii.

a ponferrada i.

a cacauelos ii.

a campo de narayo ii.

a villa franca j.

a ribera ď valcaçar hasta la vega iiij.

a la faua ij.

a cebreros j.

al espital ij.

a fuenfria j.

a tira castela ij.

a muntan ij.

a sarria ij.

a gujada iij.

a puerto martin j.

a gonçar ij.

a legundi ij.

ala puente campana ij.

a melid iij.

aqua iij.

a ferreyros j.

a[m ] j.ala vacolla ij.

a san marco j.

a santiago j.


En total 183 leguas


Solo existe aparte de este otro camino descrito como directo a Santiago indicado por Villuga el de Alicante Santiago. Actual camino del Sureste.

martes, 11 de agosto de 2009

NUESTRO PEQUEÑO HOMENAJE A UN GRAN HOMBRE D. FERMIN PARDO PARDO



FERMIN PARDO PARDO Vicepresidente de la Asociación Jacobea de Requena

Nació en la aldea requenense de Hortunas en 1945 y realizó sus estudios de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de Requena y los de Maestro de Enseñanza Primaria en la Escuela de Magisterio de Valencia. Posteriormente se licenció en Geografía e Historia en la Universidad de Valencia y es Titulado de Mestre de Valencia por la Universidad de Alicante.
Además de haber desempeñado su trabajo de maestro en Mislata, Albal , Valencia y Requena, ha destacado su labor de recopilación y estudio sobre diversos aspectos de la cultura tradicional en distintas comarcas valencianas.
Ha tomado parte en numerosos congresos y sesiones de trabajo relacionadas con estos temas, en los que ha aportado ponencias, comunicaciones y artículos. También han sido abundantes las charlas y conferencias que ha desarrollado analizando y exponiendo sobre la gran cantidad de materiales acumulados en sus trabajos de campo, en los que ha conectado directamente con gentes de muy distintas poblaciones de las tierras valencianas. Entre ellas ha destacado su especial atractivo, dedicación y añoranza por nuestra comarca que ha recorrido palmo a palmo, siempre en busca de esas raíces y esos particularismos culturales de nuestras ciudades, pueblos y aldeas que ha sabido dar a conocer en diversas publicaciones bibliográficas e incluso discográficas, además de las exposiciones directas en charlas y conferencias.
Siempre preocupado por la conservación de esos elementos culturales de la tradición popular, ha llevado a cabo la restauración o puesta en vivo de antiguos cantos, melodías, bailes y danzas casi olvidados o a punto de desaparecer, destacando todo el conjunto de las antiguas danzas de la fiesta del Corpus Christi de Valencia por encargo del Ayuntamiento de esta ciudad en 1977 y las cuales sigue teniendo a su cargo. Ha sido fundador o director y colaborador de algunas agrupaciones valencianas dedicadas a la música, baile y danza tradicionales entre las que cabe citar el Grupo Alimara, Lo Rat Penat, Aldarull y Grup de Restauració de Valencia, el Grupo Ajevo de Villar del Arzobispo, Grup Els Millars de Castellón de la Plana, los grupos de danzas de L'Alcúdia, etc.
En nuestra ciudad fue fundador y director del "Grupo de Estudios Folclóricos Jaraiz" desde 1975 a 1996. Con posterioridad a esta fecha ha llevado a cabo la fundación de otras agrupaciones dedicadas a la conservación y puesta en vivo de cantos, melodías, danzas y bailes de nuestra tradición comarcal. Se trata de la "Agrupación Cantares Viejos", el "Coro Parroquial Virgen de la Soterraña" y el "Taller de Danzantes Virgen de la Soterraña" del C, P. Lucio Gil Fagoaga.
En el Museo Municipal y contando con la colaboración de miembros del Grupo "Jaraiz" le fue encomendada la creación y dirección de una sección de etnología en la que se han venido acumulando diversos materiales pertenecientes a herramientas de trabajos agrícolas y artesanos, producciones artesanales, enseres domésticos, mobiliario e indumentaria de diversos puntos de la comarca, en su mayoría debidos a donaciones y depósitos de familias y particulares amantes de Requena y su tierra.
Es miembro fundador del Centro de Estudios Requenenses, donde además de realizar y publicar diversos estudios sobre .la cultura tradicional de Requena, promovió la creación de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico dedicada al estudio y divulgación de nuestros monumentos con la finalidad de apoyar y facilitar su conservación y recuperación.
En la actualidad ejerce el cargo de Cronista Oficial de la ciudad de Requena.
Esta presente en todos los actos relacionados con la cultura y tradiciones de nuestra tierra, incansable en colaborar en todo aquello que sirve para honrar y enaltecer el buen nombre de Requena y su comarca.

domingo, 9 de agosto de 2009

EL PUENTE DE PAJAZO: UN PASO CRUCIAL DEL TRÁNSITO EN EL CAMINO REAL DE VALENCIA A CASTILLA


Ignacio Latorre Zacarés


Ubicación del Puente


Las ruinas del Puente de Pajazo se encuentran en la actualidad y desde 1976 bajo las aguas del Embalse de Contreras en el cauce del río Cabriel. Concretamente lo podemos ubicar entre las coordenadas 4380-4381 y 628- 629 (1) y en el área en que confluyen dentro del Embalse de Contreras los términos municipales de Mira, La Pesquera y Villargordo del Cabriel. Antiguamente, el Puente conectaba las tierras del Concejo de Requena con el de la Ciudad de Cuenca (2). Es decir, estamos hablando de un puente que perteneció al alfoz de Requena a pesar de situarse a unas 6 leguas (más de 33 Km.) de la capital municipal. En aquellos momentos, el término de Requena se extendía por un área extensísima que incluía la de varios municipios comarcanos que se segregaron posteriormente y que como vemos lindaba con la jurisdicción de la propia ciudad de Cuenca y el Marquesado de Moya.
Las escasas fotos que se conservan del Pajazo nos muestran un bello puente de 5 ojos (uno no se percibe), los dos de los lados bastante más pequeños que el central (el más grande) y dos arcos medianos que acompañaban al central. Estos ojos mayores era por donde pasaba el caudal principal del Cabriel. En una de las fotos se puede comprobar perfectamente el paso de maderadas, la existencia de una doble noria para la elevación de agua de riego y la cercanía de la propia Venta de Pajazo. El lomo del puente es curvo, en forma de “lomo de asno” como suele definirse,y produce por tanto el alzamiento del camino sobre el puente. 2 tajamares flanquean los ojos centrales del puente. Uno de los ojos era utilizado como presa por medio de una barrera de madera que desviaba las aguas hacia los cangilones de la noria que elevaba las aguas de riego.
En el informe denominado “Visita á los ríos Júcar y Cabriel: Memoria descriptiva 1878” realizado por el arquitecto D. Antonio Martorell (3) en una visita de inspección girada al Cabriel nos describe su visita al Puente de bPajazo en 1878 de la siguiente manera:
“Aguas arriba y á poca distancia de la presa (se refiere a la Presa antigua de Villargordo), se encuentra el puente de Pajazo, sobre cuyos ojos existe una embarrerada, haciendo oficio de presa, para mover una doble rueda vertical de cajones que eleva las aguas al riego de una huerta que de antiguo se cultiva en la margen derecha junto al mismo puente: este es de la carretera antigua de las Cabrillas, y junto a él existe un edificio que fue parador de la carretera y hoy está dividido en tres habitaciones que ocupan los colonos de la mencionada huerta. También hay á la salida del puente, en la margen derecha, tres corrales de ganado.”
En este paraje, el 29 de septiembre de 1927 se inauguró la ermita de San Miguel de Pajazo.


Comarca como territorio de paso


Uno de los factores esenciales que han definido a la comarca es el estar ubicada en plena zona de paso entre Castilla o la Corte (Toledo, Valladolid, Madrid) y Valencia y la costa mediterránea. La red caminera y su estratégica posición han beneficiado a una tierra de interior a la que se añadía su condición de tierra de frontera con la ubicación de una aduana y puerto seco desde 1264 en la propia Requena que ejercía de frontera de Castilla. Sin duda, para Requena era esencial mantener en buen estado la infraestructura caminera y de puentes de su alfoz, pues suponía con las dehesas una de las grandes fuentes de ingresos del Corregimiento. Hasta mediados del s. XVIII el arreglo de caminos y puentes era competencia de los municipios. Así pues, tal como muestra la abundante documentación generada, la infraestructura viaria condicionó social, económica y culturalmente a la comarca frente a otras tierras de interior que quedaron relegadas por su posición excéntrica de las principales vías de comunicación (Moya por ejemplo).
Es probable que el paso de Pajazo ya fuera utilizado en época romana, pues las cercanías de las importantes minas de sal de Minglanilla y la existencia de un “Camino de las minas al Pajazo” por La Pesquera induce a pensar en ello.
En 1289 Alfonso III de Aragón ya recomienda la ruta Cuenca-Requena- Buñol-Chiva como la más segura para los comerciantes procedentes de Castilla y que mercadeaban en los reinos de Valencia y Aragón (4).
Para Valencia, el carril de Requena era una vía principal de aprovisionamiento del trigo y otras mercancías procedentes de Castilla. En 1397, los registros del Archivo del Reino de Valencia documentan que
Requena era tras Toledo la segunda ciudad no valenciana en número de mercaderes que comerciaban con la ciudad de Valencia 5. El Consell General de Valencia decide el 7 de noviembre de 1427 reparar todo el carril de Requena a su costa para mejorar el “Camino de Requena” (6). Es aquí donde encontramos una primera referencia documental del Puente de Pajazo, pues también la ciudad de Valencia decide acometer su costosa obra (7). La obra del carril (carril = camino para carros), durará desde el 10 de mayo de 1428 al 8 de julio de 1429 y fue presupuestado en 3.000 florines. En su construcción intervinieron muchos moriscos de la Hoya de Buñol y también trabajadores de Requena.
En 1264, Requena recibe el privilegio del Puerto Seco instituyéndose en Aduana de Castilla. Como testimonio del gran volumen de tránsito por el puerto seco, un registro de la aduana requenense datado entre enero y marzo de 1557 nos arroja una gran cantidad de diferentes tipos de mercancía que transita la aduana en su dirección a Valencia, a la feria de Villalón de Campos, Toledo u otros lugares (8). Comerciantes de Castilla, Valencia, Arévalo, Toledo, Calzadilla, Medina, Onteniente y la misma Requena declaran en la aduana productos tan dispares como aceite, pimienta, trigo, conservas, damasco, cordellate, amoniaco, canela, avellanas, manteles, algodón, arroz, zapatos, alcanfor, jengibre, cordobanes, sémola, cera, tafetán, hilo portugués, azogue, paños de grana de Segorbe, chapines (un tipo de calzado) dorados, tocas de seda, dátiles, confituras, clavos, terciopelo, goma arábiga, resmas de papel y un amplio etcétera de más de 50 productos. Evidentemente, el tránsito de mercancías y ganados generaban pingües beneficios para el Corregimiento.
La importancia del camino de Requena como vía principal de comunicación entre Valencia y Madrid queda confirmada en todos los repertorios de caminos publicados en su momento, como los de Pedro Juan de Villuga en 1546 y Alonso de Meneses en 1677 (9). En estos repertorios se señala como camino que une Valencia con Madrid, Toledo, Salamanca, Guadalupe (Cáceres), Alcalá de Henares, Santiago, Burgos e incluso Lisboa prácticamente el mismo a su paso por la comarca: Valencia → Quart (1 legua 10) → Chiva (4 leguas más) → La Venta de Buñol (2) → Siete Aguas (2) → Requena (3) → Utiel (2) → Caudete (1) → La Venta Nueva (2) → Pajazo (1) → La Pesquera (2) → Campillo de Altobuey (3) → Motilla (3), etc.
Sólo cuando la dirección es de Valencia a Cuenca el camino se desvía por Camporrobles siguiendo este recorrido: Requena → Utiel (2 leguas) → Camporrobles (3) → Mira (3) → Víllora (2)…
La cartografía también nos señala la importancia del Puente de Pajazo, pues a partir de 1628 observamos como los cartógrafos holandeses, franceses e italianos reseñan el lugar de Pajazo en todos sus mapas.



Importancia estratégica y vida azarosa del Pajazo


Uno de los grandes obstáculos en el tránsito entre Castilla y Valencia era el impetuoso e intrincado Cabriel que con sus temibles avenidas y complicada orografía de meandros y cañones suponía una severa dificultad de paso. El Puente de Pajazo junto con el de la Puenseca, Vadocañas y posteriormente el de Contreras era uno de sus escasos pasos o vados. Pero, sin duda, “la” Puente de Pajazo fue el principal pues era el único por el cual se percibían los derechos de pontaje, pasaje y peaje y el que se ubicaba en el camino real más utilizado. El pontaje, pasaje y peaje era una concesión real otorgada a los administradores del Pajazo que era la villa de Requena por una parte y por otra parte Dª Elvira de Jaraba, su marido el Comendador Diego de Aguilera y los sucesores del Mayorazgo de los Aguilera (Condes de Mora en el s. XVIII).
La sentencia pronunciada en Huete el 21 de enero de 1484 por el Dr. Alfonso Díaz de Montalvo (11) fijó el cobro de los derechos anteriormente nmencionados en la siguiente cuantía: “de cada persona que por la dicha puente pasare un maravedí e sy pasare cabalgando que pague dos maravedís e de leña cargado tres maravedís e de carreta vazía seys maravedís e de carreta cargada dies maravedís e de cada hato de ganado menudo una cabeza e un real por cada çien cabezas e de cada cabeza de ganado mayor tres blancas e de cada puerco una blanca”. La misma sentencia obligaba a ambas partes a reedificar el Puente de Pajazo bien y firme de cal y canto: “edeficada la tengan e sostengan bien reparada porque libremente e sin peligro ni daño los omes e bestias e ganados e carretas puedan pasar de la una parte a la otra”.
Por un auto de Fernando VII del 19 de julio de 1754 se establecería un nuevo canon del pontazgo que por mitad debían percibir el conde de Mora y la Villa de Requena en el Pajazo y que que sería el siguiente: “Por cada caballería mayor incluiendo la persona que la llevare doze maravedís. Por la menor incluiendo también la persona seis maravedís. Por cada cien cabezas de ganado lanar o cabrío treinta y quatro maravedís y de las que hubiere más o menos de este número se ha de aumentar o rebajar un maravedí por cada tres cabezas. Por cada cien cabezas mulares diez reales de vellón y de las que hubiere más o menos de este número se ha de aumentar o revajar lo que a la prorrata corresponda al respecto de los dichos diez reales por las ciento. Por cada carruaje de quatro ruedas, aunque tiren del quatro o más mulas o cavallos incluiendo las personas que fueren en el y le asistan quatro reales de vellón. Por cada carro de bueyes o carreta aunque tiren del o della quatro o más bueyes a medio real. Por cada yeguada o muletada de cien cabezas diez reales y de las que hubiere más o menos de este número se nha de aumentar o rebajar lo que a la prorrata corresponda, al respecto de dichos diez reales por las ciento. Por cada cien toros o vacas diez reales y de las que hubiere más o menos de este número se ha de aumentar o revajar lo que a la prorrata corresponda al respecto de dichos diez reales por las ciento. Y se declara que de las personas horras o que viajasen a pie y passaren por dicho puente no se ha de llevar cosa alguna, ni de las maderas que fueren conducidas por el agua y passaren por vajo del puente, ni tampoco de los vecinos de Requena y su jurisdicción…”. (12).
Aunque Requena durante un tiempo quiso cobrar el derecho de pontaje en el Puente de la Puenseca (13) e Iniesta en el de Vadocañas (14), estas imposiciones fueron anuladas por el rey pues no poseían licencia para ello.
Tema para otro artículo sería la competencia establecida entre los puentes de Pajazo, Vadocañas y la Puenseca en el s. XVI que era a su vez un conflicto de competencias entre los Concejos de Requena, Iniesta y el Marquesado de Villena.
En 1521-1522, la renta del pontaje del Pajazo para Requena ascendió a 5.000 maravedíes (15)
El Puente de Pajazo fue derribado por numerosas avenidas y tras ellas el Concejo de Requena (propietario de la mitad del puente) y los propietarios de la otra mitad intentan siempre denodadamente reconstruirlo para no perder los beneficios que suponía la percepción del “pontaje”. Entre otras avenidas del Cabriel y reconstrucciones del Pajazo están documentadas la de 1485, 1496, 1541 (gran riada de 13 de agosto de 1540), 1545, 1553-1560, 1566, 1618, 1635-1641 (riada de febrero de 1635), 1728 (Noche de Santa Sabina), 1739 , 1754 16, 1936, 1956 y 1957 entre otras.
En 1640 se decide reedificar el puente pero media legua aguas abajo en Castilseco (seguramente el actual Cerro del Castillo en Contreras) y se acuerda que contribuyan todos los pueblos castellanos ubicados en un radio de 20 leguas. El costo del puente eran 5.500 ducados en una época en que el sueldo de un maestro de albañilería venía a ser 80 de ducados anuales y el de un peón de obra 40 (datos de mediados del s. XVI).


Pere Compte, Juan de Vidaña y el resto de maestros de obra del Pajazo


Quizás uno de los hechos más significativos del Puente de Pajazo fue que en una de sus construcciones intervino Pere Compte, el gran arquitecto del gótico civil valenciano con numerosísima obra entre la que destaca la bellísima Lonja de Valencia (17). El 21 de enero de 1485 el Consell de Valencia decide intervenir en el Puente de Pajazo para que se finalice exponiendo que “lo Pont de Pajaço está en gran perill per la obra no esser acabada per lo qual pont venen molt vitualles a la present ciutat” 18. En 1496 vuelve a intervenir Pere Compte pues el Consell de Valencia le da 50 florines valencianos de adelanto para arreglar el Puente 19.
Pere Compte escoge una tipología de puente muy infrecuente en España, heredada de la época romana, basada en arcos de diafragma sobre pilares de piedra y cubierta de madera por donde discurría el carril. En total serían 2 pilares en el medio del río y dos medios pilares en cada cabo del puente con una altura aproximada de 6’80 metros. La base sería hormigón de cal utilizada como cimientos y a la vez de presa-azud. La calzada descansaría sobre la base de madera y tierra 20. Parece que las sucesivas reconstrucciones del puente se basarían en el esquema adoptado por Pere Compte.
También el célebre maestro vasco de cantería Juan de Vidaña, residente en Utiel y con numerosa obra como el Templo de Santa María de la Asunción de Utiel o el Molino del Concejo de la misma población intervino en el Pajazo en 1556 y años posteriores (21). Para su reedificación, Vidaña se endeudó a base de préstamos lo que le costó ir a la cárcel de Requena, no siendo liberado hasta el 2 de agosto de 1561 gracias a una fianza presentada.
Otros maestros que intervinieron en el Pajazo han sido Francisco Martí Biulaygua y Miquel de Alpis, picapedrero vizcaíno, ya en 1485; en 1553 Domingo Cabra (vizcaíno), Rodrigo Picaço y Miguel de Gadea 22; en 1566 repara la presa del puente que estaba afectada por el paso de maderadas Machín de Mondragón (23); en 1604 tras la riada hizo un pontón de madera Bartolomé Sauquillo de Campillo de Altobuey; en 1612 intervino Gil de Rozas y en 1640-41 Juan Dizmaz de Aguirre de La Motilla (24) entre otros.

El Pajazo en la historia


Por su ubicación, el Puente de Pajazo fue testigo del paso de personajes históricos y también de acontecimientos de gran importancia. Nos conformaremos con citar que Carlos I pernoctó en la Venta de Pajazo el 28 de abril de 1528 en dirección a Requena donde dormiría al día siguiente y también comió en la misma venta el 19 de diciembre de 1542. Pero quizás, el episodio más conocido sería la célebre Batalla del Pajazo ocurrida el 21 de junio de 1808 en plena “Guerra del Francés” cuando las tropas francesas del Mariscal Moncey procedentes de Minglanilla y con 7.000 hombres derrotan a las tropas nacionales del General Adorno que se baten en retirada por Vadocañas. Moncey por fin atravesaría el Cabriel y dos días después entraría en Requena. Para otra ocasión dejaremos las maderadas que atravesaron este puente (y los conflictos que crearon), los casos de peste que ocurrieron en su venta, las carlistadas o la importancia que tenía para que los ganados de ambas orillas pudieran herbajar.


El final del Pajazo


“Todo cambia, nada es”. Heráclito de Éfeso.
Con el transcurrir del s. XVIII, el Pajazo perdía importancia frente al paso de Contreras. Un repertorio de caminos de 1761 y otro de 1809 ya señala que el camino de Madrid a Valencia cruzaba el Cabriel por la Venta de Contreras (25). La decadencia final del paso y puente de Pajazo se la
proporcionaría el gran puente de Lucio del Valle finalizado en 1851 y que se ubica en el cruce del Cabriel por Contreras. Este puente es toda una joya de la arquitectura civil del s. XIX que ha servido como modelo de construcción para puentes posteriores. Las últimas noticas del Puente de Pajazo nos las aporta el famoso montañero valenciano y amante del Cabriel Pedro Notario quien nos describe como poco antes del embalsamamiento de Contreras, el Puente de Pajazo estaba en ruinas con sólo dos arcos supervivientes, uno en cada ribera. Los arcos centrales habían ya desaparecido. El paso se realizaba en aquel entonces por un pontón de madera con dos rampas para subir y bajar nde tierra y con unos pilares que quizás procediesen del antiguo puente.
Ahora todo queda sumido bajo las aguas del domesticado Cabriel.
Muchas más cosas se podrían decir de este puente vital para la comarca, pero hoy, justo 200 años después de la Batalla de Pajazo y desde el municipio cabrielino de Venta del Moro daremos fin a este “divertimento”.
Epílogo: ¿Sería mucho soñar que alguna vez aprovechando uno de los periodos de extrema sequedad del pantano (ha llegado a estar al 2’5%) se rescatara uno o los dos arcos supervivientes y se pudieran exhibir en algún lugar adecuado como testimonio de nuestro pasado caminero, comercial y ganadero?

viernes, 7 de agosto de 2009

LOS HOSPITALES EN EL ALFOZ DE REQUENA




"Todo el mundo debe recibir con caridad y respeto a los peregrinos, ricos o pobres, que vuelven o se dirigen al solar de Santiago, pues todo el que los reciba y hospede con esmero, tendrá como huésped; no sólo a Santiago, sino también al mismo Señor; según sus palabras en el evangelio: "El que a vosotros recibe, a Mí me recibe ". Hubo antaño muchos que incurrieron en la ira de Dios por haberse negado a acoger a los pobres y a los peregrinos de Santiago (...). Por lo que se debe saber que los peregrinos de Santiago, pobres o ricos, tienen derecho a la hospitalidad y a una acogida respetuosa”.

Con estas palabras cerraba Aymeric Picaud su Liber Peregrinationis, la guía que escribiera a mediados del siglo XII para hacer propaganda, aconsejar y prevenir a los peregrinos jacobeos.

La hospitalidad, se dice expresamente, es un derecho de los peregrinos. Y así debió considerarse desde entonces no sólo por los que hacían el camino sino también por quienes estaban en condiciones de ofrecerla y aún por los responsables de traducir dicho derecho en leyes protectoras. Evidentemente hubiera sido imposible en la Edad Media afrontar el viaje a Santiago con solvencia sin la existencia de unas garantías mínimas de atención al peregrino. Las largas distancias y una economía natural de subsistencia exigían la dotación sobre la marcha de una infraestructura en este sentido muy desarrollada. Y a decir verdad que la hubo. Se cuentan por cientos el número de hospitales y alberguerias edificados en los siglos medievales -la gran época de las peregrinaciones- con el objeto de proporcionar ayuda a los caminantes. Prácticamente no había localidad en el camino por pequeña que fuere que no tuviera su hospital.

En el antiguo Alfoz de Requena y a lo largo del camino también se dispuso de Hospitales.
Comenzando por Siete Aguas frontera con el reino de Valencia, dispuso de un hospital (spital), llamado así en los tiempos del antiguo reino, esta población soporto durante muchos siglos el paso continuo de mercancías y transeúntes así como de peregrinos, ya que esta vía de comunicación fue importantísima, tanto para Castilla como para Valencia por aquí se unía con la antigua capital Toledo.
El hospital dispuso de seis camas con su ajuar y sobrevivia por las limosnas que recibía de sus gentes. Este desapareció en 1830 coincidiendo con las mejoras de las vías de comunicación y que el nuevo trazado mas recto del camino excluía a Siete Aguas, a partir de entonces desaparecieron no solamente el hospital sino que también posadas y demás establecimientos para dar cobijo y alimentos tanto a peregrinos como transeúntes.

En Requena el antiguo Hospital a finales del siglo XIII estaba anexo al antiguo convento del Carmen. En 1707 se destruye en la guerra de Sucesión, posteriormente se rehizo en la actual calle del Carmen. los Hospitales solían estar junto al camino y este es uno mas, ya que a Requena se accedía en esa época por el puente de las Ollerias. En la desamortización de Mendizábal en 1859 se abre el actual hospital en la loma pero enfocándolo a los enfermos de la ciudad.


También la ciudad vecina de Utiel dispuso de un importante Hospital y que en un articulo de D. José Luís Martínez Martínez “Una antigua institución: El hospital de la Santísima Trinidad de peregrinos y transeúntes de Utiel” lo describe como una de las mas antiguas instituciones sociales de la villa de Utiel de aquella época. Actualmente solo queda como testimonio de su existencia el titulo de una calle en el nomenclátor callejero de la Villa de su medieval emplazamiento, salvo las dovelas de la arcada principal rescatadas y que están ahora en otro edificio, lo cual nos da una idea de la importancia de su fábrica. Contó en su época con seis camas en dos salas separadas hombres y mujeres y podía dar cobijo como máximo tres días, también tenia anexo un cementerio y en el reposaron anónimamente aquellas personas que fallecieron en el establecimiento, enterrados tras una breve oración. Este hospital también estaba junto al camino ya que la actual calle Real era el paso obligado para atravesar la villa. Y ya fuera del alfoz pero coincidiendo con la ruta descrita por Villuga tenemos dos hospitales en Campillo de Altobuey, El hospicio en el convento santuario de Ntra Sra. de la Loma y el Hospital del Cristo, y otro importantísimo para su tiempo el Hospital de Santiago de Cuenca.

La importancia para Valencia de este camino fue tal que en el siglo XV y en una de las muchas riadas que soporto el puente del Pajazo sobre el río Gabriel, actual Contreras, quedo destruido. Su reconstrucción fue llevada a cabo por Pere Compte arquitecto que entre sus obras por citar alguna de las mas famosas : La Lonja de mercaderes de Valencia y las Torres de Serrano, y fue sufragado con dinero Valenciano. Recordemos que en esos tiempos el antiguo Alfoz estaba bajo la corona de Castilla.
Por el paso del Pajazo y en el articulo de García Berlanga se recoge además sobre este: “El paraje del pajazo, que también se decía San Miguel del Pajazo, era rincón inolvidable…., el puente de piedra de sillería gallardo y sabedor de sus derechos que muchos tenían… por este paso y por el próximo paso de La Parra, para no pagar pontazgo unos y para evitar ser vistos otros, cruzo media historia de España”

Como norma el tipo de asistencias que se practicaba se concreto a un lugar cubierto una cama y un fogón donde calentar y cocinar, también y en menor medida se practico la asistencia sanitaria. Al apóstol se le reconocían poderes curativos extraordinarios, de ahí que muchos peregrinos comenzaran el camino enfermos y otros perdieron la salud en el.

Por último hemos de hacer notar la asistencia espiritual ofrecida a los peregrinos a lo largo de la ruta Jacobea. Con el paso del tiempo el camino de Santiago se transformo en un espacio sagrado, jalonado de monasterios, capillas, hospitales y cofradías, con sus reliquias de Santos e imágenes milagrosas de visita obligada. La beneficencia estaba profundamente sacralizada. De hecho, desde el momento en que un peregrino atravesaba la puerta de un hospital se le hacia participar, en los oficios religiosos.

El antiguo alfoz no fue una excepción y a lo largo de su recorrido hemos intentado realizar un pequeño inventario de todas aquellas imágenes y símbolos que en el camino existieron, hasta la fecha se han catalogado:

En Requena se disponían de dos imágenes de Santiago en las dos portadas de las Iglesias de S. Salvador y Santa Maria, en esta última, y en la actual capilla del rosario, existió según cuenta Luís García Grau en su libro “Templos y ermitas de Requena” en la parte alta del retablo del rosario un lienzo ovalado con la imagen ecuestre de Santiago Apostol patrón de los caballeros de la nómina del Rey.

En Fuenterrobles tras una visita pastoral en 1727 se cita la ermita de Santiago apostol, actualmente la Iglesia de esta villa esta dedicada a Santiago

En Utiel existió cofradía de Santiago.

En Camporrobles tras una visita pastoral del obispado de Cuenca el 13 de abril de 1588 se cita de entre los libros de cofradías la existencia de la ermita de Santiago.